Ya dije que este año pasó lento y rápido a la vez, que el tiempo no alcanza.
Una mitad del día se va en el trabajo, con cursada, talleres, y el (reinicio del) doctorado. Otra mitad por la cursada de la Especialización en Comunicación Pública de Ciencia y Tecnología (UBA). Ya repasamos la especialización, ahora vayamos por el doctorado.
Hablemos del doctorado
Este año sí. Luego de un camino tortuoso por un tema de doctorado, entre opciones varias y un intento fallido surgido en 2019, finalmente tengo proyecto de doctorado en marcha.
A fin del 2021, luego de colaborar con unas pruebas de procesamiento histológico, Carolina Bianchi, docente de FCV UNICEN e investigadora de CONICET, me propuso hacer el doctorado con ella en reproducción de llamas. (Nota: Ya me lo había propuesto anteriormente, pero yo había preferido jugarla por los ñandúes… pero no soy bueno tomando decisiones.)
En el proyecto, vamos a estudiar qué sucede en el endometrio (la capa más interna del útero) de las llamas preñadas y en el embrión a los 8–12 días del servicio, particularmente analizar el rol de los estrógenos sobre el proceso de reconocimiento materno de la preñez. Este es un momento clave porque es cuando ocurre el reconocimiento materno de la preñez, o sea, cuando el organismo reconoce que en el útero hay un embrión.
Entonces, la pregunta es esa: ¿Qué sucede en las llamas para que ocurra el reconocimiento materno de la preñez? Se sospecha que el embrión secreta estrógenos como señal, lo que se comprobó in vitro, pero falta bibliografía. Ahí entramos nosotros. De hecho, el primer artículo del grupo de camélidos sudamericanos en el que participo es una revisión titulada Current knowledge about the processes of luteolysis and maternal recognition of pregnancy in camelids. Mi mayor aporte fue el esquema, y estoy contento con eso porque es mi primera ilustración publicada.
La primera idea del proyecto incluía una parte a realizar con inmunohistoquímicas y otra parte con transcriptómica. Sin embargo, un PICT que serviría para financiar el proyecto, principalmente la parte de transcriptómica, no fue adjudicado al grupo, por lo que hubo que repensar y cancelar lo más caro, la transcriptómica. Las pruebas de transcriptómica salen caras y en dólares, lo que en Argentina representa un mayor desafío monetario aún. Nos quedamos con evaluaciones por inmunohistoquímicas, especialidad de mi directora. (Para otra vida quedará lo de hacer algo de genética en investigación.)
Como íbamos a necesitar hacer inmunohistoquímicas sobre embriones, probamos protocolos de procesamiento histológico hasta constituir un protocolo que nos funcionó y por el cual ya tenemos varios embriones procesados y pudimos hacer cortes histológicos. El protocolo fue publicado con el título A feasible method for llama embryo paraffin embedding, el que es mi primer artículo del doctorado como primer autor. En este, salió la segunda ilustración que hago para un artículo y las primeras imágenes de los cortes de embriones.
Con los cortes histológicos de los embriones ya estamos probando inmunohistoquímicas para distintos receptores hormonales y enzimas. Los primeros resultados que obtuvimos los publicamos como un resumen en unas jornadas, lo que próximamente se transformará en un artículo.
Pero, aún no estoy inscripto en el doctorado. Me atrasé con las últimas correcciones que me mandó la directora por la especialización y las clases del segundo cuatrimestre, y se pasaron los meses. Sin embargo, este año estuvimos avanzando mucho con los ensayos, toma de muestras, puesta a punto de técnicas, etc. De a poco voy aprendiendo del manejo de las llamas, de ecografía transrectal (que las hace directora por habilidad y tamaño de la mano), de recolección de sangre (que a veces me sale y a veces no), hasta de esquila.
Ahora me queda terminar con las correcciones de la propuesta doctoral para luego presentarla en la Facultad y que todo siga su rumbo. Crucemos los dedos.
Cuaderno de Ciencia 